Boletín n. 13

25/05/2023

Sumario

Testimonio

Creía que la religión «era un cuento para débiles»

«Lo último que quería era ser católica», hasta que su colegio laico y sin fe le enseñó a Santo Tomás

Como su hermana, Carla Restoy fue educada al margen de la fe. De hecho, casi toda su vida pensó que la religión "era un cuento de hadas inventado por la gente que sufría y los débiles o para gente tonta que les habían comido la cabeza". Su única influencia religiosa fue, ocasionalmente, alguna tímida mención u oración por parte de sus abuelos.

Con 15 años "me operaron de una escoleosis, y pasé de tener todas las tardes ocupadas a tener que dejar todas las actividades extraescolares en plena adolescencia", recuerda.

Paralelamente, en su colegio comenzaron a impartir las asignaturas de Filosofía e Historia y cultura de las religiones. Fue la primera ocasión que le ofrecieron "para pensar sobre el sentido de las cosas" y, al estar convaleciente, dedicó todo su tiempo a pensar e indagar en esas asignaturas.

"Yo concebía a la religión como un mito, pero ver que podía ser algo razonable hizo que cayese un prejuicio muy fuerte", detalla. Salvo esas llamadas de atención, la de Carla siguió siendo "una vida materialista y superficial" dedicada a salir y a ver Sexo en Nueva York los fines de semana, donde "la religión no tenía ningún sentido".

"Mi corazón empezó a tener el deseo de aspirar a algo grande, cuando salía de fiesta me encantaba sentirme mirada o llegar a casa con buenas notas para ser reconocida, pero nunca era suficiente y me di cuenta de que mis amigas, cuando se liaban con cinco chicos en una noche, siempre necesitaban más", recuerda.

En ese momento, mencionaron en clase las Confesiones de San Agustín. "Lo acabé leyendo despacio. Mientras lo leía me fui haciendo un esquema para ver qué tenía más sentido, si que existiese Dios o que no y… `qué rabia´"; pensó: "Me di cuenta de qué nada tenía más sentido que creer que lo que decía la Iglesia era verdad".

Todo cambió cuando una amiga suya que estudió en un colegio católico le presentó un sacerdote que, además, era físico. "No sé por qué accedí a hablar con él, y pensé que o bien no había entendido bien a Dios o a la ciencia, pero ahora entiendo que mucha ciencia te acerca a Dios y poca te aleja de Él", menciona.

Comprendió que "la idea que tenía de la Iglesia como una asamblea de hipócritas era mentira, era en realidad un hospital de santos. Ver tanta humanidad en el mejor y peor de los sentidos y a la vez algo tan divino fue lo que me conquistó e hizo que mi cabeza y corazón quisiesen llegar a casa", explica.

El 19 de abril de 2014, durante la Vigilia Pascual y con 17 años, Carla recibió el bautismo, la comunión y la confirmación tras un largo periodo de formación y catequesis.

Religionenlibertad.com - 18 mayo 2022

 

Cuestiones de fe

El problema del dolor y del mal

El problema emocional y el intelectual

Sin duda alguna, la objeción más común, de todas las que se le hacen al teísmo en general y al cristianismo en particular, radica en el problema del mal. Desde tiempos antiguos, se ha venido planteando la incompatibilidad entre un Dios justo y bondadoso y la evidente existencia del mal en el mundo. La pregunta es más que legítima: ¿cómo puede Dios, siendo amoroso y todopoderoso, permitir tanto dolor, sufrimiento e injusticia?

Estamos aquí ante la famosa paradoja de Epicuro. La tradición filosófica ha adjudicado a este filósofo griego el haber sido el primero de los pensadores que se planteó el problema de la siguiente manera:

  • ¿Es que Dios quiere prevenir el mal, pero no es capaz? Entonces no es omnipotente.

  • ¿Es capaz, pero no desea hacerlo? Entonces es malévolo.

  • ¿Es capaz y desea hacerlo? ¿De dónde surge entonces el mal?

  • ¿Es que no es capaz ni desea hacerlo? Entonces, ¿por qué llamarlo Dios?

¿Cómo responder ante esta crucial cuestión? El filósofo y apologista William Lane Craig propone una pertinente observación antes de comenzar a resolver este asunto. Dice él que es importante distinguir entre el problema emocional del mal y el problema intelectual del mal. Identificar esta diferencia nos puede ser muy útil pues muchas veces el rechazo emocional que nos produce la idea de un Dios, que parece estar cruzado de brazos ante el mal, puede oscurecer el debate intelectual.

Este tipo de objeción toca fibras tan sensibles que el corazón puede llegar a nublar la propia mente. Seguramente se nos podrán ofrecer buenos argumentos que a nuestra razón le parezcan plausibles; sin embargo, el dolor que nos produce el mal haría que no estemos dispuestos a aceptarlos.

Ahora bien, Craig no está tratando de quitarle importancia al problema emocional. De hecho, al fin y al cabo, es la dificultad emocional la única que más nos importa y es la que más vale la pena atender. Sin embargo, él propone que pongamos por un momento entre paréntesis nuestras emociones y nos preguntemos si hay razones filosóficas suficientes para afirmar que existe incompatibilidad sustancial entre Dios y el mal. (Tomado de https://voluntastua.com)

 

Creer para vivir

La prudencia (2)

Reconocer los propios límites

La prudencia nos avisa sobre nuestra ignorancia y nos dice que toda la realidad es amplia y compleja, las personas son libres –y, hasta cierto punto, impredecibles– y el futuro no se puede controlar totalmente.

La clave para ser prudentes es conocer, reflexionar: un hombre sin conocimientos es un mundo a oscuras. Esto no es fácil de reconocer y conecta con otra virtud clave, la humildad. Ser prudente conlleva ser humilde, mejor dicho, conlleva crecer en las dos virtudes.

Son la precipitación, la presunción y la inconsciencia tendencias que dificultan ser prudentes.

Supone pararse a pensar, siempre que sea posible, antes de actuar. Preguntarse por la razón que nos lleva a obrar. Darnos cuenta de si es el yo el motivo principal o si estamos pensando en los demás.

Nuestro actuar es limitado, nunca tenemos todos los datos, no conocemos las intenciones ajenas y, a veces, ni siquiera las nuestras. Tendremos que actuar pero siendo conscientes de nuestros límites y de eso nos avisa la prudencia.

 

Avisos

El jueves, 1 junio, la Iglesia de Vitoria celebrará la solemnidad de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote con una eucaristía en la Capilla Pública del Seminario a las 12:30h en homenaje a todos los sacerdotes y, de manera especial, a aquellos que cumplen sus bodas de plata y de oro. Web

El sábado 3 de junio peregrina con la Diócesis a Estíbaliz. Web

Ahora se pueden ver todos los boletines de la parroquia. Archivo

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