Boletin n. 4

21/11/2022

Sumario

Testimonio

Stefano y Simonetta: una historia de amor, dolor y conversión

Stefano aborrecía a la Iglesia: cambió por el testimonio de vida de su mujer

"Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto" (Jn 12,24). Con esta frase del evangelio de Juan puede resumirse la vida breve, digna e intensísima de Simonetta Pompa Giordani (1971-2018), dibujante e ilustradora romana, vinculada al Camino Neocatecumenal. Esta mujer de la puerta de al lado, sencilla, humilde y luminosa, tenía tanta facilidad para transmitir su fe que mucha gente se convirtió gracias a su testimonio, antes y después de su muerte prematura.

El libro Una persona intorno de Stefano y Simonetta Giordani, recorre la vida de Simonetta de maniera muy original, citando pasajes de su diario personal, que se alternan con los recuerdos y las reflexiones de su marido. Todo ello acompañado con las ilustraciones y las poesías de la coautora.

La historia tiene inicio en 2010, el año en el que se conocieron, pasa por su boda, celebrada en 2012, y llega hasta enero de 2018 cuando, enferma de cáncer, Simonetta muere el día de la Epifanía. En su funeral, celebrado dos días después, participaron cientos de personas, como testimonio de la semilla de la amistad cristiana que esta mujer tan especial esparció a lo largo de su vida.

Simonetta tuvo una historia familiar bastante difícil: cada día tenía que enfrentarse a la realidad de un padre adusto que no compartía su fe cristiana, de una madre de salud muy frágil y una hermana con síndrome de Down. Fue debido también a esta infancia y juventud difícil por lo que a Simonetta le costó mucho encontrar novio.

Tras algunas historias breves y desafortunadas, lo encontró ya cerca de la cuarentena. Conoció a Stefano, veterinario, seis años más joven que ella, ateo y anticlerical. Sin embargo, vivir al lado de Simonetta cambió la vida de Stefano totalmente.

"¡Menudo batacazo! El Señor me ha dado la vuelta como un calcetín", le cuenta a Luca Marcolivio en La Nuova Bussola Quotidiana.

-Stefano, tu matrimonio te ha dejado en herencia muchos dones, entre los cuales la certeza de que la casualidad no existe. ¿Cómo ha pasado?

-Llegué a este certeza poco a poco, año tras año. Lo he comprendido mirando atrás a todo lo que me ha sucedido desde el inicio de mi vida. He unido todos los acontecimientos importantes y, con la ayuda de alguien que me ha hecho razonar, al final me he rendido a la evidencia de que todo lo que había vivido hasta entonces, todo lo que me había llevado a conocer a Simonetta y a tomar determinadas decisiones, tenía un sentido y no podía ser casualidad.

-Cuando hablas de "alguien que me ha hecho razonar", ¿te refieres a Dios o a una persona humana?

-Dios seguramente está en la raíz de todo, es indudable que Dios me ha hablado, no a través de una experiencia mística, sino por medio de personas como mi esposa y también algunos sacerdotes. Antes, yo era un enemigo acérrimo de Dios y, aún más, de la Iglesia. No me limitaba a no creer, sino que cada vez que estaba con un cristiano intentaba catequizarlo de lo contrario, me sentía obligado a decirle que Dios no existía y que todo era resultado de la casualidad.

»Pero conocí a Simonetta, una joven encantadora, inteligente, llena de buenas cualidades, que reaccionaba bien a los desafíos de una vida que le había puesto delante muchas tribulaciones. No me convenció "catequizándome", sino con su ejemplo de vida.

-Has experimentado el sufrimiento, la enfermedad y la muerte: primero, como ateo, de tu madre y después, como creyente, de tu esposa. ¿Cuál ha sido la diferencia?

-Con mi madre, a la que perdí cuando yo tenía 29 años, confié solo en los médicos, con la esperanza de que acertaran. Mi fe estaba puesta exclusivamente en la ciencia. Cuando murió, odiaba tanto al cristianismo que hice quitar el crucifijo del ataúd. Yo era como una piedra: no lloraba, pero me daba asco el hecho de haberme convertido en una persona tan indiferente a todo. Me preguntaba: ¿por qué me he convertido en una persona tan cínica? Este corazón, ¿late o no?

»Con mi esposa, en cambio, tanto en el sufrimiento como en la muerte, nunca hubo frialdad, sino todo lo contrario. Pero, sobre todo, nunca hubo desesperación. Cansancio sí, algunos días fueron más difíciles que otros. Sin embargo, con la ayuda de Dios conseguí comprender que todo ese sufrimiento tenía un sentido. Si cuando murió mi madre solo hubo desesperación y llanto, el funeral de Simonetta fue una fiesta de cantos, guitarras y oración. Y ha habido una miríada de gracias...

-¿Milagros?

-Milagros del alma. Mi propia conversión fue un milagro. Mucha gente que no conocía personalmente a Simonetta, después de su funeral se acercó de nuevo a la Iglesia, recibiendo una verdadera inyección del Espíritu Santo. Por lo menos una vez a la semana me llegan emails de personas desconocidas que me explican cómo les ha cambiado la vida después de leer el libro, muchas han recuperado su fe.

»Me rompe el corazón decirlo, pero empiezo a pensar que Simonetta realmente tenía que morir. No niego el deseo de tenerla de nuevo aquí, pero su historia ha cambiado la vida de tanta gente que sería egoísta quererla solo para mí.

»El que más me ha impresionado ha sido mi suegro. En los últimos meses de vida de Simonetta ya empezó a cambiar radicalmente su actitud respecto a su familia. Hace años llamaba a su hija "estúpida inculcada" por el mero hecho de que fuera a misa. Hoy se confiesa, va a catequesis, presta mucha más atención a su esposa inválida y a su otra hija, que tiene síndrome de Down.

»Un día, poco después de la muerte de Simonetta, le oí decir: "Llevo toda la vida enfadado con Dios y Él, a pesar de que yo esté lleno de rabia y sea malo, me ha dado una mujer que siempre ha estado en su sitio y dos hijas santas. He sido un imbécil...".

religionenlibertad.com - 19 octubre 2020

Cuestiones de fe

Existencia de Dios (3)

Los rastros de Dios

Si a Dios no lo podemos ver, inmediatamente surge una cuestión: cómo puedo tener la certeza de que existe.

No es una objeción fácil de contestar. Llegamos al conocimiento de Dios de un modo indirecto. Esto es algo que nos pasa con otras muchas cosas, pero no es fácil, pues normalmente queremos ver y tocar.

Podemos llegar a la certeza de que han existido los dinosaurios porque hemos encontrado fósiles que se explican por la existencia de unos animales que dejaron esos restos. Posiblemente nunca vamos a ver a un dinosaurio ni lo vamos a tocar, pero afirmamos que existieron. Lo mismo podemos decir de las estrellas y de muchas otras cosas.

La explicación más razonable sobre el origen del universo es la existencia de una inteligencia creadora. Sobre el origen de nosotros mismos se puede decir algo análogo. El maravilloso origen del universo pide una explicación que remite a la idea de Dios. Se pueden añadir más razones.

El modo de conocer indirecto puede generar en nosotros cierta perplejidad pero conocemos muchas otras cosas del mismo modo y algunas de ellas son muy importantes.

Creer para vivir

Virtud y esfuerzo

La virtud es trabajosa

Cuando definimos las virtudes dijimos que designan cualidades buenas, firmes y estables de la persona. El hecho de que sean firmes y estables nos dice que son algo más que una mera inclinación.

Podemos estar convencidos de lo bueno que es ser personas templadas, que no se dejan llevar de las cosas placenteras (bebida, comida, comodidad, etc), pero el simple convencimiento no lleva a tener hábitos estables.

Para conseguirlos se requiere repetirlos multitud de veces de un modo esforzado, negándonos a nosotros mismos. En ese proceso hay victorias y derrotas. Es el camino normalmente largo de la virtud. En cierto sentido es doloroso.

Cuando somos jóvenes, nuestras propias energías y nuestra plasticidad hacen más llevadero ese camino. Con la edad, adquirir virtudes se hace más complicado, lento y doloroso. Mantener y mejorar las virtudes nos acompaña toda la vida. Para esto no hay pastillas.

Noticias

El domingo 27 empieza el Adviento. Organizado por el grupo de misiones habrá un mercadillo de comercio justo a la entrada de la iglesia de 11 a 14 horas. 

Será una nueva ocasión de manifestar nuestra solidaridad ante las dificultades que encuentran muchos paises para poder desarrollarse.

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