Para personas creyentes y practicantes

Fortalecer la fe en un ambiente adverso

En este momento, nuestra sociedad está cada vez más secularizada. No resulta fácil vivir según las convicciones de nuestra fe católica.

Esto hace necesario fortalecer esas convicciones. Se requiere conocer mejor los fundamentos y actualizarlos con frecuencia, tanto en las ideas como en la vivencia.

La energía que necesitamos: sacramentos y oración

Vivir de acuerdo con la fe es una tarea en el fondo divina. Dice el Señor: “sin mi no podéis hacer nada”.

La fuerza para esto viene de la gracia divina, y nos llega a través de dos cauces fundamentales: los sacramentos y la oración.

A principios del siglo IV los mártires de Abitina lo expresaron de un modo muy claro: sin la Eucaristía no podemos vivir.

El sacramento de la penitencia nos abre a la acción de Dios en nuestras almas. En la oración escuchamos lo que Dios quiere decirnos.

La fe necesita comunidad

Somos seres sociales y relacionales. En nuestra fe también. Dios no ha hecho de este modo.

Esto es importante recordarlo en este momento, donde un modo de vida individualista de difunde con rapidez.

El Señor nos pide ser la semilla que muere para dar fruto. Solo alcanzaremos la felicidad si ésta es compartida.

Participar los dones recibidos de Dios: solidaridad

“En esto conocerán que sois mis discípulos, en el amor que os tenéis los unos a los otros”.

Tenemos que darnos a todas las personas, pero particularmente a aquellos más necesitados. Hemos de evitar encerrarnos en nuestras cosas.

Hay muchos modos de servir a los demás, tanto en cosas materiales como espirituales.