Boletín n. 8

22/02/2023

Sumario

Testimonio

Cuando mi hermano prefirió el seminario a jugar en el Real Madrid

El camino de María Fernández-Martos Yáñez hacia la fe

Aunque María Fernández-Martos Yáñez se educó en una familia católica en Córdoba (España), con sus 4 hermanos, y estudió en un colegio católico, no encontró una fe profunda hasta hace un par de años. "Yo pensaba que ser católica era ser 'alguien que cumple una serie de normas para ser bueno', y eso no me atraía", ha explicado en la web Jóvenes Católicos.

"El punto de inflexión fue cuando mi hermano Álvaro me dijo que rechazaba la oferta de jugar en el Real Madrid para ser seminarista", recuerda. Álvaro había sido centrocampista en el Deportivo de Córdoba B. Pero Dios le llamaba más fuerte que el Real Madrid. "Venía al seminario y sentía que quería estar aquí. Yo sentía que quería ser un cura de parroquia para todo el mundo", explicó en la web de la diócesis de Córdoba en 2017.

La decisión de Álvaro asombró a María. "¿Pero qué niño de 20 años deja su sueño de ser futbolista para ser sacerdote? No podía entenderlo, yo pensaba que Dios me quitaba a mi hermano", recuerda. Ella no quiso explorar la vía de la fe en esa época, al contrario. "Entré en la universidad y fui alejándome cada vez más. Yo seguía a la masa. Me fui de Erasmus y Dios ya casi ni existía para mi. Me sentía cada vez más vacía y con una sed que no podía llenar. Nada me hacía feliz. Ni nadie", señala María.

Con 22 años María acudió a un retiro espiritual ignaciano, invitada y persuadida por un amigo seminarista. Ella no quería ir, pero admitía que le faltaba algo, que le pesaba el corazón.

"Necesitaba llenar ese vacío. Llevaba tiempo sin confesarme y allí me quité la piedra más grande de mi camino. En esos 2 días de ejercicios me sentí inmensamente querida y perdonada por Dios. Fue increíble. ¡Pero yo quería más! y le pedí a Dios experimentar fuertemente su existencia en mi corazón para cambiar de verdad, y así lo hizo en una misa el Sábado Santo, celebrada por el Papa en Roma el año pasado. ¡Sentí fuego en el corazón! Fue un regalazo precioso que agradeceré toda mi vida", explica ahora María..

Han pasado dos años de crecimiento en la fe y la vida cristiana. "Dios encendió esa llama de la que hablaba al principio, y a partir de ahí mi fe ha ido cambiando, intentando cada día que se haga viva en la práctica. He empezado a ir a Misa todos los días, a dar catequesis a jóvenes de confirmación (transmitiéndoles el Amor que he conocido), a participar activamente en la parroquia,… en definitiva quiero ser una laica activa para la Iglesia, para mis amigos y para toda persona que Dios ponga en mi camino. Dando gratis lo que he recibido gratis. Dios también ha puesto en mi vida a un grupo de amigos que me ayuda a crecer en la fe".

María ha constatado que Dios "es el único capaz de transformar un corazón egoísta y de piedra y que sólo Él llena plenamente. Que nuestra vida es breve y tenemos 2 opciones, o vivir camuflados en la masa o tomar la decisión de querer cambiar el mundo. Y sí, ayudar a un amigo a que se encuentre con Cristo… ¡es cambiar el mundo! Ir a misa entre semana… ¡es cambiar el mundo!"

"La vida cómoda es tremendamente aburrida y triste, aunque vayamos subidos en el mejor coche del mundo. ¡Tenemos que complicarnos la vida amando!", dice hoy María. Y tiene claro su sentido de la vida: "Mi propósito en la vida es que cuando vea a Dios cara a cara poder decirle: «Señor, he hecho en la tierra todo lo que he podido por Ti». Como decía Santa Teresita de Lisieux… «quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra…»".

ReL, 23 septiembre 2019

Cuestiones de fe

Existencia de Dios (8)

La ciencia hace innecesario a Dios

En estas líneas, recojo palabras del profesor Javier Sánchez Cañizares. Hoy día puede decirse que la relación entre ciencia y religión no es en absoluto conflictiva. Pero algunos científicos presentan periódicamente arengas a favor del ateísmo. ¿Cuáles son las razones que esgrimen estos últimos?

Para entender las razones del ateísmo "científico" de personalidades como Richard Dawkins o Stephen Hawking, conviene tener presente la imagen de Dios que atacan con su argumentación: el llamado "Dios de los agujeros".

El ateísmo científico considera que, a lo largo de la historia, los creyentes recurren a Dios siempre que se hallan ante un fenómeno que no pueden explicar o dominar. Así, rezan a Dios para que los libre de la peste negra o sane a un enfermo incurable. Por el contrario, los avances en el conocimiento científico mostrarían que las verdaderas causas de esos fenómenos son exclusivamente naturales, sin que haya ninguna necesidad de invocar a un ser sobrenatural.

La expresión "Dios de los agujeros" enfatiza que Dios resultaría únicamente un recurso para rellenar aquellos huecos del conocimiento científico que aún existen. El ateísmo científico está convencido de que la ciencia es, en última instancia, capaz de descubrir las causas naturales que explican todos los fenómenos.

El argumento genérico del ateísmo científico se ha concentrado en los últimos años en dos cuestiones fundamentales: el origen del universo y el origen del hombre. De esto hablaremos en los siguientes artículos.

La ciencia da una explicación muy fundamental de la realidad que percibimos, ¿pero se puede reducir todo a ciencia? Un ejemplo claro lo encontramos en la creación artística. Podemos descomponer en ondas acústicas una interpretación del Réquiem de Mozart, ¿pero ofrece esa descripción una explicación completa de la realidad a la que nos enfrentamos?

La imagen del "Dios de los agujeros" que presenta el ateísmo científico tiene su parte de verdad. No obstante, considera iguales a todos los agujeros: simples vacíos de conocimiento que terminará colmando la comprensión científica. Sin embargo no todos son iguales. El ateísmo científico parte de una comprensión inicial reduccionista: pensar que solo la ciencia es capaz de dar una explicación racional y completa del mundo.

El ateísmo científico pide a la ciencia más de lo que puede dar. La ciencia no es teísta ni atea. No se debe utilizar para hacer teísmo o ateísmo. Filosofía y teología son los modos de la racionalidad humana que pueden indagar los porqués últimos de la existencia.

Creer para vivir

La armonía en el ser humano

Gestionando la disparidad

Una experiencia universal es la diversidad, e incluso la oposición, entre lo que nos muestra el sentido del deber y lo que nos presentan nuestros sentimientos.

Esta es una de las causas de inquietud y malestar que nos acompañan siempre en nuestra vida aunque con distinta intensidad. Se puede considerar una suerte que alguien desee hacer con gusto aquello que debe hacer.

En general, nuestros deseos no son nada fáciles de modelar o conducir. Tenemos que aceptar que son cambiantes y que resultan en muchas ocasiones imprevisibles.

Una de las pocas cosas que podemos hacer por armonizar razón y sentimientos es trabajar las virtudes. Nos ayudan porque facilitan la realización de actos buenos que de este modo resultan mas atractivos para nuestros sentimientos.

Si una persona no es laboriosa, será más difícil que tenga deseos de trabajar, cosa que no le facilita realizar trabajos que tiene la obligación de hacer.

En este sentido las virtudes son un factor armonizador. Esto tiene consecuencias en el bienestar de las personas tanto a nivel personal como social.

Esto tiene todavía más profundidad si pensamos que las virtudes nos ayudan a realizar la voluntad de Dios. En este caso estamos hablando de armonizar nuestra existencia con el amor de Dios. Podemos decir que las virtudes nos ayudan a amar mejor a Dios.

Avisos

Para vivir intensamente esta Cuaresma, consulta aquí la agenda para los próximos días

Vive la Cuaresma con la Diócesis de Vitoria

Fundadora de las Siervas de Jesús, 2
01001 Vitoria-Gasteiz
Álava/Araba
Teléfono: 945 25 41 93 / 650 96 12 71
Email: sanpedrogasteiz@telefonica.net