Pórtico Viejo
(Muro Este)

El pórtico de la iglesia de San Pedro.

Ubicado en el muro de levante está abierto a la calle de la Herrería.

De estilo gótico, de la época medieval y trastocado al construir la torre en el siglo XVIII y en el mismo lugar del pórtico.

Consta de una cohorte a media altura, con la Virgen en el frente y centro y los apóstoles en los laterales y de un tímpano historiado y cobijado por las arquivoltas apuntadas que limitan su desarrollo.

Debido a los potentes pilares que sustentan la torre, los apóstoles han tenido que ser reubicados respecto a su posición original, de forma que algunos han quedado un tanto “escondidos” para un observador desde el centro de la calle Herrería.

En los laterales se disponen los apóstoles (6+6), en la imagen uno no se ve debido a la reubicación al construir la torre. Los apóstoles son los sucesores de los profetas, el enlace entre la Antigua Ley y la Nueva.

Los apóstoles del flanco derecho (entrando). Los dos apóstoles ocultos a los que nos referimos se ubican en la cara interna del pilar. Los Apóstoles son los encargados de dar continuidad y de divulgar entre la humanidad la doctrina del Maestro.

Comenzamos el estudio por el extremo izquierdo (entrando). San Bartolomé. Hombre maduro con rasgos suaves, vestido con túnica y manto, con una pierna adelantada.

Porta una gran piedra y libro.

Peana de San Bartolomé.

Tanto las peanas como los doseletes de los dos apóstoles exteriores de cada lado son del siglo XVIII (momento en que se erigió la torre y se reubicaron los apóstoles).

En la peana se escenifica el martirio del santo según la tradición oriental: “atándole una gran piedra al cuello fue arrojado al agua”.

En el lado derecho del relieve, el mandatario (el que ordena el martirio), a continuación San Bartolomé con la piedra al cuello y entre los dos verdugos prestos a ejecutar la orden del martirio.

San Judas Tadeo. Ubicado en la cara interna del pilar de la torre que dificulta su visión desde la calle. El único apóstol calzado del grupo. Hombre maduro con una especie de hábito, con libro y en la otra mano un resto que pudiera ser parte de un mango de hacha (solo conjeturas).

Detrás se ve parte de la hornacina que le correspondía antes de la reubicación.

Peana o pedestal de San Judas Tadeo. Muy deteriorada. Tres bultos que son restos de humanos, el central puede ser San Judas arrodillado, el del fondo el mandatario que ordena el martirio y el de la izquierda el verdugo.

Tercer apóstol, San Andrés. En la hornacina gótica original. La tipología de la imagen es como la de San Bartolomé: con túnica y manto elegantemente plegados. Porta libro pero le faltan ambas manos y su atributo.

Pedestal o peana con un relieve que escenifica el martirio de San Andrés: entre dos verdugos, San Andrés en la cruz, atado, no clavado; la cruz se apoya en el suelo por el travesaño corto. En la escena falta Egeas, quien ordenó el martirio.

Según la tradición la cruz era un aspa y así se mantiene como atributo del apóstol.

Cuarto apóstol, San Felipe. Sigue la tipología de San Bartolomé, salvo el elegante quiebro de la cabeza. Muestra su atributo: la cruz; también parece una escuadra y otra vez surge la duda en la identificación.

Pedestal con el relieve que escenifica la muerte de San Felipe. El apóstol en la cruz, con los brazos por encima del travesaño, a su derecha un verdugo con piedras en las manos (San Felipe fue lapidado y crucificado), a su izquierda otro verdugo con una lanza. Datos que apoyan la identificación del apóstol.

Quinto apóstol, Santiago el Mayor. Hornacina con otro diseño. Viste con túnica ceñida a la cintura y manto, así como el sombrero de peregrino. Rodilla derecha flexionada y con bastón de peregrino con punta de hierro.

En la peana, Santiago en el centro, vestido de peregrino, arrodillado y con la cabeza apoyada sobre una piedra. A la izquierda, el verdugo con paso decidido para asestar el golpe mortal. A la derecha, Herodes ordenando el martirio.

Sexto apóstol, San Pedro. Ocupa un lugar privilegiado junto a San Pablo, Santiago y San Juan. En cuanto a vestimenta y rasgos de la cara se parece a Santiago. Con libro y ha perdido las llaves de la otra mano.

En la peana hay un relieve que escenifica el martirio de San Pedro, viene a ser una síntesis de la misma escena que se repite en lo alto del tímpano: San Pedro crucificado boca abajo, dos verdugos, uno a cada lado de la cruz y en el extremo izquierdo Nerón que ordena el martirio.

En el centro del colegio apostólico la Virgen con el Niño. Bajo un dosel abovedado en su interior, situada ante el mainel de la puerta recibía a los feligreses (que en su día accedían al templo por este pórtico).

Es el eje principal físico y espiritual de la escena representada.

La Virgen, a la que le falta la mano derecha, se muestra rígida, envarada por el peso del Niño pero vertical (sin doblar la cadera), tiene una rodilla flexionada y no muestra dinamismo, se mantiene estática.

El Niño en posición frontal, con túnica larga y manto, los pies desnudos. Le falta la cabeza.

La Virgen, la Eva redentora que vence al demonio tentador de la Eva pecadora y representado por un dragón.

La peana decorada con vides con hojas y frutos y entre los que asoman rostros humanos (según M Portilla: Adán y Eva).

Séptimo apóstol, primero del lateral derecho, junto a la puerta.

A resaltar: la calvicie, la frente amplia y arrugada, los prominentes pómulos ... Con el libro en una mano y la empuñadura de la espada en la otra mano, como alusión a la muerte por decapitación.

Peana con el relieve que escenifica el martirio de San Pablo. El apóstol arrodillado, ante él, el verdugo que con una mano coge la cabeza del mártir y con la otra la espada; al otro lado la autoridad que ordena el martirio, pudiera tratarse de Nerón. San Pablo como ciudadano romano murió decapitado.

En la imagen también podemos observar: una ménsula (1) sobre la que se apea una de las columnitas de la hornacina; así como la parte superior de la pilastra (2) que sustenta la imagen.

Octavo apóstol, San Juan, joven y barbilampiño según la representación occidental. El libro en una mano y en la otra la Palma del Paraíso que lo asocia con la muerte, funerales y Asunción de la Virgen.

Peana de San Juan. Muestra el suplicio de Porta Latina. San Juan en un caldero con forma de barco. Dos personas más en la escena, una aviva el fuego y la otra parece ordenar el suplicio, pudiera ser Diocleciano.

A pesar de esta representación, San Juan no murió martirizado.

Santiago San Pedro San Pablo

En la imagen ménsulas sobre las que descansan las columnitas de las respectivas hornacinas.

San Juan San Juan

Santo Tomás, noveno apóstol en la ubicación. Es la imagen más alta de los doce. En cuanto al rostro presenta rasgos semejantes a los del rostro de San pablo. Con el libro y le falta el atributo: la escuadra.

Túnica y manto. En el manto la impresión del cinturón que le dejó María.

Peana de Santo Tomás. Relieve que escenifica el martirio del apóstol. Él en el centro, arrodillado y con la espada que le ha atravesado el cuerpo impulsada por el verdugo del lado izquierdo. En el otro lado, la autoridad que ha ordenado el martirio, posiblemente un rey de la India.

Décimo apóstol en el orden del colegio apostólico. San Mateo, en la representación, el artista ha seguido el modelo de San Juan: joven, barbilampiño y con los mismos rasgos faciales y de la vestimenta, quizás quiso diferenciar a los evangelistas y a San Mateo lo talla así haciendo alusión a su tetramorfo: el ángel.

Peana de San Mateo. El apóstol se encuentra celebrando la Eucaristía arrodillado ante un altar. Tras él Hitarco, rey de Egipto, que ordena la ejecución como venganza porque San Mateo se opuso a su enlace con Efigenia.

Delante dos sicarios, uno de ellos ejecuta la orden atravesando el cuerpo de San Mateo con una espada.

Undécimo apóstol. San Simón. Otro de los reubicados, se sitúa enfrentado a la puerta de acceso y por tanto no visibles desde la calle. Imagen alargada, la pierna flexionada, con el libro en la izquierda, la otra la ha perdido así como su atributo identificador.

Peana de San Simón. El apóstol esta tendido en el suelo atado y desnudo. En torno al mismo tres personas, en el centro la autoridad que ordena el martirio y en los extremos los dos sicarios que ejecutan la orden. San Simón murió descuartizado.

Duodécimo apóstol, ubicado en el extremo exterior del lateral derecho. Santiago el Menor. Canon esbelto y grácil, con túnica y manto. En una mano un libro, en la otra un fragmento del mango de la maza de batanero con que fue martirizado.

Peana de Santiago el Menor. En el relieve el apóstol se encuentra recogido en una construcción (en alusión al templo de Jerusalén de donde era obispo), vestido con un hábito, arrodillado y rezando. Dos personas se dirigen hacia él, cada uno por un lado, el de la derecha posiblemente lleve el palo de batanero con el que fue muerto de un golpe en la cabeza.

Pilastra o pedestal que sustenta la imagen de Santiago el Mayor y detalle de la misma.

En el conjunto de pedestales hay animales del bestiario, seres mitológicos, elementos naturales y geométricos, etc.

Pilastra que sustenta la imagen de San Pedro y detalle de la misma.

Pilastra que sustenta la imagen de San Pablo y detalle de la misma.

Detalles de la pilastra que sustenta la imagen de San Juan.

Sustenta la imagen de la Virgen un podium poligonal con dos arcos de medio punto en el frente y con gabletes que encierran un medallón con tracería.

Puerta con parteluz, dos arcos de medio punto rebajados y tri-lobulados.

El Tímpano

El tímpano se desarrolla en una serie de cuatro registros horizontales y superpuestos, el más bajo sobre el dintel.

En el primer registro, el del dintel, se muestra el ciclo de la Infancia.

De izquierda a derecha para el observador.

La primera escena representa la Anunciación, la segunda la Visitación

La Anunciación, a destacar la posición y vestimenta del arcángel que trae la nueva y la serenidad en el rostro de la Virgen al recibirla.

La Visitación. La Virgen con el libro en la mano se encuentra con su prima Isabel, ambas embarazadas.

El Nacimiento, ocupa el centro del registro. El Niño Jesús, María, José y los dos animales. Arriba, protomos de ángeles músicos armonizando el Nacimiento.

La Epifanía. Los tres Magos llegan a Belén, adoran al Niño y le entregan sus regalos. En el fondo es una Teofanía, reconocimiento de una deidad por los gentiles.

La Presentación del Niño Jesús en el templo. De una parte el anciano Simeón, ante él una mesa sobre la que deposita María, coronada, a su Hijo y tras ella otra mujer, en principio anónima, que porta un cestillo (hoy desaparecido) con las ofrendas.

Liberación de San Pedro por un ángel; martirio de San Pedro; Nerón, que ordenó el martirio de San Pedro, con soldados romanos

Distintos episodios de la vida de San Pedro: caminando sobre las aguas; visión en Jope; predicación en casa de Cornelio; Bautizo de la familia de Cornelio; San Pedro preso.

Jesús llama a Pedro y lo elige como primer Pontífice de la Iglesia.

Parte izquierda del registro. Una posible interpretación: (1) Andrés; (2) Simón Pedro; (3) Jesús; (4) Juan Bautista; (5) Andrés; (6) Simón Pedro. En este caso Jesús representado una sola vez interviene en dos acontecimientos distintos. Otra interpretación es que (5 y 6) fueran Juan y Santiago, pero tiene más peso la primera.

Jesús, al día siguiente de ser bautizado, caminaba por la orilla del mar de Galilea y vio a los hermanos Andrés y Simón Pedro que en ese momento echaban la red y les dijo “venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres. Ellos dejaron al instante las redes y le siguieron”. Mateo (4,18-20) y Marcos (1.16-19).

A destacar en la escena: el desproporcionado tamaño del barco con relación a los ocupantes.

El giro de la cabeza de Simón Pedro hacia Jesús.

La precisa representación del momento y del hecho quedando patente por la nitidez de las redes, la figuración de las olas y la presencia de los peces, algunos ya atrapados en las redes.

Jesús que acaba de dar comienzo a su vida pública mira hacia los hermanos pescadores que están sobre el barco. Caracterizado en el relieve por su fisonomía habitual y el libro en su mano izquierda.

Junto a Jesús, otra persona con una túnica de aspecto rugoso que recuerda a la piel de camello con la que se cubría Juan Bautista. Además el relato bíblico dice: “al día siguiente, estando Juan con dos discípulos vio a Jesús y dijo: He aquí el Cordero de Dios. Los dos discípulos que le oyeron siguieron a Jesús.

Volviose Jesús a ellos y viendo que le seguían, les dijo ¿Qué buscáis? Dijeronle ellos Rabbí ¿dónde moras? Les dijo venid y ved. Uno de los discípulos era Andrés, hermano de Simón, fue a su encuentro y lo condujo a Él y Jesús le dijo: tú eres Simón, el hijo de Juan y te llamarás Cefás, que quiere decir Pedro.

Según otras opiniones se trataría de Juan y Santiago que fueron los siguientes apóstoles llamados por Jesús.

Segunda mitad del registro. San Pedro, asistido por otro apóstol, posiblemente su hermano Andrés, es designado por Jesús el primer pontífice de la Iglesia. Al acto asiste toda la cohorte apostólica.

Jesús, sentado en un escaño con escabel cuyo frente está exquisitamente decorado, con un libro en una mano y posiblemente las llaves en la mano desaparecida. Pedro arrodillado ante Jesús, con tiara y vestimenta de pontífice y al que le falta la mano con la que sostenía las llaves.

“Y Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Yo te daré las Llaves del Reino de los Cielos y cuanto atares en la Tierra será atado en el Cielo, cuanto desatares en la Tierra será desatado en el Cielo”. Mateo (16, 18-20).

Junto con las llaves, Jesús también ofrece a Pedro el libro, la Ley, que todo el apostolado acata.

El apóstol inmediatamente después de Jesús es el único barbilampiño del grupo, por lo tanto Juan.

A su lado otro apóstol que muestra el libro con una venera en la cubierta, Santiago.

El siguiente con notable calvicie, los restos del tahalí para la espada, su porte físico… evidencian a Pablo. A su vez entabla conversación con el cuarto apóstol del grupo.

San Pablo se incorpora al apostolado después de la muerte de Jesús, entonces ¿por qué su presencia? Hemos dicho que Jesús entrega a Pedro las Llaves y la Ley, San Pablo también acata esta Ley y por eso queda reflejado en el registro, no por el momento sino por la esencia.

Los seis apóstoles que restan parecen formar dos ternas que dialogan entre ellos. El anteúltimo está un tanto relegado a un segundo plano.

En el registro se resalta el grupo frente a la individualidad.

Escenas del registro.

1ª Pedro duda al caminar sobre las aguas.

2ª Visión en Jope.

3ª Predicación de Pedro en casa del centurión Cornelio.

4ª Pedro bautiza a la familia del centurión Cornelio.

5ª Pedro comparece preso ante Herodes.

Jesús, caminando sobre las aguas, se acerca a los discípulos que estaban pescado. Pedro le dijo:

“Señor si eres tú mándame ir a ti sobre las aguas. Él le dijo: Ven. Bajando de la barca, anduvo Pedro sobre las aguas y vino a Jesús; pero viendo el fuerte viento temió y comenzó a hundirse, gritó: Señor, sálvame. Jesús le tendió la mano le agarró diciéndole: Hombre de poca fe ¿Por qué has dudado? Mateo (14, 28-32).

Visión de San Pedro en Jope. “Vio el cielo abierto y que bajaba algo como un mantel grande, sostenido por las cuatro puntas, y que descendía sobre la Tierra. En él había todo género de cuadrúpedos, reptiles de la tierra y aves del cielo”. (Act 10,11-13)

Según otras interpretaciones es una alusión al Arca de Noé.

Predicación de San Pedro (izda) en casa del centurión Cornelio (sentado delante de San Pedro). La escena la conforman un total de seis personas.

San Pedro procede al bautismo de la familia de Cornelio, por inmersión en una pila oval decorada con tracería. Dos miembros, Cornelio y su esposa en la pila y otros tres detrás; uno de ellos con un paño para secar a los bautizados y el restos esperando el bautismo.

Arresto de San Pedro por Herodes Agripa. A la izquierda, Herodes con corona, ante él San Pedro esposado y con túnica y detrás dos soldados romanos.

Escenas del último registro del tímpano.

1ª Un ángel libera a Pedro que estaba preso en la cárcel.

2ª Martirio y muerte de Pedro.

3ª Nerón con su escolta contempla el martirio.

Pedro, estando preso en la cárcel, es liberado por un ángel. En primer lugar un soldado dormido ante la puerta de la cárcel. En el interior de la cárcel el ángel se une a Pedro y le libera de las cadenas.

Escena del martirio y muerte de Pedro. Dos soldados con las mismas características en los extremos. Dos personajes de características similares junto a Pedro a quien pisan los brazos.

Pedro es crucificado boca abajo, atado, no clavado, vestido con túnica y para que no se le caiga (por la posición) la tiene atada a los pies.

En la parte superior se observan figuras muy deterioradas, se trata de ángeles y Abraham que acoge en su seno el alma de San Pedro (imagen central) tras la muerte.

Desde un costado, Nerón con corona contempla el martirio de Pedro que ha sido ordenado por él. Sobre el hombro izquierdo de Nerón quedan los restos de la figura de un diablillo que le está dictando el martirio. Detrás de Nerón, tres soldados y un león.

Arco apuntado con arquivoltas molduradas, alternando boceles y escocias, dos de estas decoradas con motivos vegetales. Bóveda de crucería sencilla con clave lisa.

BIBLIOGRAFÍA: El Pórtico de San Pedro de Vitoria: de la leyenda a la crónica. Lucía Lahoz. Ed. Diputación Foral de Álava.

Autor: Prudencio Martínez de Lagrán

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